1. INTRODUCCIÓN 
El arroz es un cultivo agrícola de gran dinamismo e importancia económica en el Uruguay. A su vez posee una alta tecnificación y buenos rendimientos comparables a los de los principales productores del mundo. Históricamente el desarrollo del cultivo de arroz se ha situado en la Zona Este debido a sus características topográficas y a la disponibilidad de agua. En los últimos 15 años la superficie de explotación arrocera se ha expandido desde la Zona Este hacia zonas del Norte y Centro del país. Donde las fuentes de agua no son tan abundantes y las características de los suelos implican un mayor gasto de agua, ya que muchos de estos están ubicados en laderas naturalmente bien drenadas. Por lo tanto la limitante para la expansión del cultivo en estas nuevas zonas es el agua. Esta limitante implica que los productores arroceros de estas regiones deben intentar ser más eficientes en el uso de este recurso. El costo del riego tiene un alto peso sobre el costo total del cultivo, aproximadamente un 20% del mismo, y la tendencia es que este valor continuara aumentando debido a que el riego esta ligado muchas veces al uso de energía ya sea eléctrica o gasoil. Esto hace necesario maximizar la utilización del recurso agua tratando de regar la mayor cantidad de área posible, con el fin de reducir los altos costos citados anteriormente. A nivel internacional se han realizado diversos estudios que evalúan diferentes métodos de riego tendientes a aumentar la eficiencia del uso del agua, esto es, ahorrar agua, aumentar la productividad del agua y producir más arroz con menos agua. Históricamente el sistema de riego usado en nuestro país es un sistema de riego continuo con inundación permanente, generalmente a partir de los 30 días pos emergencia y finalizando 15 a 20 días pre cosecha. En las variedades mayormente usadas este periodo abarca aproximadamente 90 a 100 días. 1 El sistema de riego por inundación intermitente que se evalúa en este trabajo implica un riego por baños, entendiéndose como tal un riego que se realiza de forma intermitente con el fin de mantener el suelo en condiciones de saturación; el comienzo del riego en este sistema se realiza aproximadamente a los 30 días pos emergencia, al igual que en el sistema de riego por inundación continua. 1.1 OBJETIVOS Las técnicas de riego que implican ahorro de agua corren el riesgo de reducción de rendimiento debido a posibles estreses por falta de agua en el cultivo. Por consiguiente las relaciones entre los sistemas de riego y el rendimiento de arroz deben ser establecidas para nuestras condiciones de producción. Muchos autores mencionan la existencia de una respuesta diferencial a la fertilización nitrogenada en los sistemas de riego intermitente. Debido a esto al evaluar este sistema se hace necesario evaluar su interacción con el nitrógeno. Por lo anterior, los objetivos del trabajo son: 1. Evaluar el rendimiento en el cultivo de arroz cv El Paso 144 mediante dos sistemas de riego, inundación intermitente e inundación continua. 2. Evaluar la respuesta a la fertilización nitrogenada en los dos sistemas de riego. 2 2. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA 2.1 CARACTERÍSTICAS DEL RIEGO EN URUGUAY El manejo del agua es de fundamental importancia para el desarrollo del cultivo de arroz. El agua mas allá de influir en los aspectos físicos de las plantas, interfiere en la disponibilidad de nutrientes, en la población y especies de malezas presentes y en la incidencia de algunas plagas y enfermedades. El Uruguay se caracteriza por grandes áreas de arroz donde predomina ampliamente el sistema de cultivo con taipas a nivel, donde el regador coloca el agua en el punto más alto de la chacra y la conduce por desnivel manteniendo una lamina de agua a través de las taipas construidas con un intervalo vertical de 5 a 12 cm. El agua para el cultivo es aportada por los sistemas de riego y las lluvias, estas si bien son importantes son muy irregulares en cantidad y distribución por lo que el riego es parte fundamental del cultivo. La cantidad de agua exigida por el cultivo es la sumatoria del agua necesaria para saturar el suelo, formar una lámina, compensar la evapotranspiración y reponer las pérdidas por infiltración, pérdidas laterales y de los canales de riego. Hay 3 periodos en que el cultivo es mas exigente: establecimiento del cultivo, macollaje, y en el periodo entre inicio de diferenciación de la panicula y llenado de granos. Esto significa que la falta de agua en estos 3 periodos causa daños significativos al cultivo, con reducción del rendimiento. Según diversos autores nacionales el consumo promedio del cultivo puede estimarse en 15000 m3 /ha. Esta cifra puede variar mucho según las condiciones climáticas y la cantidad de lluvia caída en el periodo, del tipo del suelo, pero fundamentalmente del manejo del agua que realice el productor. El sistema de riego tradicionalmente usado en el país es un sistema de inundación continua, llamado así por mantener una lamina de agua permanente en superficie, de profundidad variable (5 a 10 cm). 3 2.1.1 Momento de inundación Generalmente la siembra en el Uruguay se realiza sobre suelo seco comenzando el riego 30 a 45 días luego de la emergencia del cultivo. Dependiendo del contenido de humedad del suelo al momento de la siembra puede ser necesaria la aplicación de baños para promover la emergencia, luego de que ocurre esta puede ser necesario baños previos a la inundación permanente para promover el crecimiento. Roel (1999) determino sobre suelos de la Unidad La Charqueada (solod) para una serie de 3 años que el total de agua suministrada siempre fue superior en el manejo de inundación tradicional (45 días pos emergencia) que en el manejo de inundación temprana (15 días pos emergencia). El promedio de agua suministrada para el manejo de inundación temprana fue de 4691 m3 /ha y el de la inundación tardía fue de 6220 m3 /ha. Esto implica que con el manejo de la inundación temprana se requirió un 25% menos de agua por hectárea que con el manejo de la inundación tradicional. Estos resultados están explicados en el hecho de que la inundación tradicional requiere de baños previos a la inundación permanente los que componen entre un 20 a un 30% del gasto total de agua. No existieron diferencias significativas de rendimiento entre los distintos momentos de inundación. Sin embargo la eficiencia de uso de agua (Kg de grano/m3 de agua) fue mayor en el caso de la inundación temprana comparado con la inundación tardía, 0.74 y 0.66 respectivamente. 2.1.2 Altura de lámina de agua La altura de lámina de agua es una herramienta para corregir problemas de micro-relieve en las chacras, permitiendo regar toda la superficie del suelo. Con la mejora de las herramientas de nivelación de las chacras se ha podido disminuir la altura de agua, regando eficientemente la superficie del cuadro. Según la información de Arkansas, citado por García Ricci (1982) una altura de 5 a 10 cm es suficiente 4 siempre y cuando no existan problemas de microrrelieves importantes en el terreno. Es sabido que a medida que aumentamos la profundidad de agua en la chacra el consumo total aumenta debido a que se elevan las perdidas, comparado con un sistema de lámina mínima 5 a 6 cm, como muestra la figura 1. Figura Nº 1. Consumo de agua a diferentes profundidades de agua. Fuente: Arkansas (EUA), citado por García Ricci (1982) Roel (2004) registro que con dos laminas de agua contrastantes de 2,5 y 11,5 cm no existían diferencias en las temperaturas mínimas en el canopio a nivel de la panoja, y si existían diferentes temperaturas de agua. La temperatura del agua influye sobre el desarrollo de las yemas cuando estas se encuentran por debajo del nivel de la lámina de agua, pero no influye en el desarrollo de los meristemos cuando estos están por encima del nivel del agua. Ensayos realizados por Blanco y Roel en la zafra 92- 93 y 93-94 en INIA Treinta y Tres determinaron que no hubo diferencias significativas de rendimiento entre 3 tratamientos de profundidad de lámina, encharcado permanente (lamina mínima que permita saturar el suelo), 10 cm y 20 cm. La variedad utilizada fue El Paso 144, pero existió una tendencia a mayores rendimientos en 5 mayores profundidades de agua. La variable que se vio afectada en este ensayo fue Nº de granos por panoja que fue significativamente menor en el tratamiento de encharcado. Sin embargo se encontraron diferencias entre los tratamientos con lámina y el encharcado ya que el encharcado presento mayor nivel de enmalezamiento y una menor altura de planta. Estos mismos autores registraron en la zafra 94-95 que la variedad INIA Tacuarí bajo los tratamientos anteriormente mencionados tuvo un rendimiento significativamente menor en la lamina baja (encharcada), ellos atribuyen este menor rendimiento al efecto que pudieron tener las bajas temperatura en floración. Por otra parte indican que el cultivo con riego encharcado acorto su ciclo alcanzando el 50% de floración 5 días antes que los tratamientos con lamina de 10 y 20 cm. La presencia de lámina de agua sobre el suelo es importante visto que influye sobre la población de malezas en términos de número y especies presentes. Laminas de agua bajas o apenas en saturación de suelo favorecen el crecimiento de gramíneas y ciperáceas, las cuales tienen un desarrollo perjudicado por laminas de agua mas profundas desde el inicio del cultivo. En áreas mal drenadas, laminas elevadas facilitan el desarrollo de especies de malezas acuáticas (Congreso Brasilero, 2005).

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